Jueves 28 de Marzo de 2024

OPINIÓN

12 de junio de 2018

LOS PAÑUELOS POR LA VIDA: NO AL ABORTO

Por: Noelia Barchuk

El derecho de nacer es el más elemental de todos, por el cuál el Estado debe velar. Argentina a pocas horas en decidir sobre la despenalización del aborto.

LOS PAÑUELOS DE LA VIDA

Hace un largo tiempo se instaló en la sociedad argentina el debate sobre la despenalización del aborto. Como en ninguna otra ocasión, asistimos a una verdadera batalla campal por el tema. Aparecieron los pañuelos verdes, abogando por el aborto. Más tardes, los celestes también hicieron su presencia en contra del aborto, los pañuelos de la vida.

Estamos atravesando una situación histórica. Argentina a pocas horas de pronunciarse institucionalmente a favor o en contra de la vida. ¿Cuál vida? Ése es el punto. Hasta ahora, el colectivo abortero, mediático y muy frecuentemente agresivo, llenó las pantallas de la televisión, dado que muchos personajes del medio se manifestaron abiertamente como abanderados de este crimen. Porque el aborto libre (sin las justificaciones y fundamentos éticos-técnicos que la Ley ya considera) es un crimen.

Las personas por nacer tienen derechos y parece ser ignorados por mucha gente que no tiene el más mínimo respeto por un ser indefenso como lo es un bebé. Eso mismo. Escribí “un bebé” no “un feto”. Cualquier activista de pañuelo verde pretenderá desacreditar con ese cambio de vocablo.

Los ciudadanos comunes que no podemos llegar todos hasta el Congreso, queremos que se respete el valor de las DOS VIDAS. Eso quiere decir que nos pronunciamos en contra del aborto. Pero estamos a la espera que los representantes del pueblo vean y sientan el voto que mañana 13 de junio emitirán. Hoy en día existe variada y profusa información en los medios para conocer al detalle los métodos anticonceptivos. Los hospitales públicos los brindan sin costo a mujeres que no pudieran acceder por sus propios medios. Solo en casos de violación y los llamados terapéuticos la interrupción del embarazo es aceptable.

Pero que sea libre y gratuito es una falta de respeto a la vida. No importa el credo religioso, la condición socio-económica, la orientación sexual, el estado civil ni la convicción política: no podemos aprobar una ley que despenalice el aborto.

El jueves la prensa inundará con los titulares al respecto. Queda esperar la buena voluntad de nuestros políticos que se pongan de pie para exclamar un rotundo NO AL ABORTO.

 



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