Los vecinos lo conocen como “Goyo”. Sus hijos, aprendieron “el valor del trabajo en equipo y el uso racional de los recursos”, cuenta orgulloso. En la actualidad, cerca de 44 pobladores de la zona participan de esta experiencia, sumando el valor pedagógico del proyecto que fue uno de los objetivos nacidos de la mano de su esposa Mónica, licenciada en Ciencias de la Educación, que logró aplicar un plan de alfabetización de lengua materna wichí.

Hoy, ya consolidada como empresa productora de miel y reconocida con varias distinciones, Rimondino exporta el 100 % de sus productos al Reino Unido y a Alemania. Aquellos productores que con incentivo propio y con mucho esfuerzo pusieron en marcha sus emprendimientos, como lo hizo Enrique “Goyo” Rimondino, merecen un toque de atención.

En una extensa charla con NORTE RURAL, el productor cuenta algunos detalles de este emprendimiento

-La producción de miel en el Chaco, ¿no se frena a pesar de las adversidades?

-No, no se frena sino que todo lo contrario va creciendo, es una producción en la cual se van sumando productores. Contamos con el apoyo tanto del sector privado como del público, ha cambiado mucho. En mi caso particular empecé en el año 90, ya casi 24 años de producción, recuerdo que sacábamos la miel en el patio a la noche para que no nos ataquen las abejas y eso cambió muchísimo. Cambió la cantidad de productores, los kilos producidos y la manera en que se vende.

-¿En qué lugar específicamente se ubica el emprendimiento?

-Nosotros estamos en el Sauzalito desde el año 1985 con mi familia. El Sauzalito está al noroeste de la provincia del Chaco, pegado al río Bermejo. Esta es una zona muy difícil en muchos aspectos pero muy buena para la apicultura. La humedad del río y el ambiente seco del monte crean un ambiente muy bueno para la producción apícola. Concretamente el año pasado salieron más de 300 tambores.

-Usted Rimondino es exportador de miel y propietario de la empresa Miel del Monte, ¿Cuál es la máxima producción que tuvo en la provincia?

-Sí, si efectivamente soy propietario. Nosotros anduvimos en alrededor de cerca de 300 tambores, que no es gran cosa comparado con la cantidad de colmenas que tenemos pero de todas maneras este es un trabajo que se hace respecto de la productividad y la productividad es un tema muy delicado en todos los sistemas de producción, porque se habla de kilo producido por unidad de producción, es decir de kilo de miel por colmena. En esto también se avanzó mucho a nivel provincial en cuanto a la genética, mejorando el manejo y todos los sectores colaboraron al respecto.

-¿Cuáles son los países que más consumen nuestras mieles?

-Los países consumidores son los países ricos, nosotros les vendemos concretamente a Francia, Alemania, Inglaterra, que son los países europeos y más precisamente en Europa rica. Estados Unidos, es un comprador relativamente nuevo que estuvo suspendido, en realidad nosotros estábamos imposibilitados de venderle a Estados Unidos con un arancel que existía de más del 40% que nos sacaba del mercado, eso fue una barrera. Respecto de los precios crecieron mucho, nosotros arrancamos hace casi 30 años con un valor del kilo de miel a casi 60 centavos de dólar y hoy estamos cerca de los tres dólares, esto es un crecimiento importante, un precio internacional favorable.

-¿Cómo puede calificar lo que fue la producción respecto de lo que fue la demanda en estos países ricos?

-La demanda es sostenida y no varía y es absolutamente insatisfecha siempre. Concretamente en mí caso tenemos pedidos diez contenedores y vendimos dos. Sin embargo la miel y la producción fue creciendo de acuerdo a la inversión que se hace, al trabajo de la gente y también de acuerdo a las condiciones climáticas. La producción apícola depende estrictamente del clima, si no hay néctar no hay miel, y si no hay miel no hay comida y sin comida la colmena no crece y esto está absolutamente vinculado al clima. Si las condiciones climáticas son favorables hay buena producción y sino hay poca o no hay producción directamente.

-Hay algunos logros muy importantes que tuvo Mieles del Monte con premios internacionales incluso

-Si, son premios de distintos sectores que premian la calidad, el exportador, el emprendimiento y nosotros participamos en algunos de ellos y nos han dado esos premios. De la Fundación Exportar tuvimos un premio hace unos años, también la fundación Banco Francés, después El Gauchito y el último que recibimos es de la Cámara de Comercio Franco Argentina. Estas fundaciones premian a quienes en alguna medida, en una región inhóspita y difícil de producir cualquier cosa, nosotros pudimos ir sacándole al monte un producto que va a la mesa europea y aceptado de la mejor manera.

-¿Cuál es el consumo de miel en Argentina?

-No sé, es muy poquito, muy bajito. Nosotros consumimos entre el 2 y el 5% de la producción nacional que es entre 70 y 80 mil toneladas al año. El resto se exporta, es decir que es un producto principalmente de exportación, prácticamente el consumo interno no existe.

-Ese escaso consumo interno, ¿se debe a una cuestión de cultura, al costo de la miel o es una conjunción de las dos cosas?

-Son dos cosas fundamentales, una es el hábito, tenemos poco hábito de consumo, cuando ofrece la miel la respuesta que se tiene que es se lo usa cuando le duele un poco la garganta y el europeo lo consume en el desayuno. Po otro lado la miel es un producto suntuario, hoy un frasquito de miel en el supermercados sale cerca de $30 y el dulce sale entre $8-$10 entonces sale más barato en el desayuno consumir dulce y no miel. Es un artículo caro para el consumo masivo.

Fuente: diarionorte.com