Los escaladores sin escalas por doquier, que piden con saltitos estar a "upas" en los brazos del Intendente volvieron a aparecer en la Sede del Partido Justicialista.

Los que se desaparecen durante el resto de cuatro años y ni si quieran votan en Fuerte Esperanza aparecen para saltar en las faldas o el regazo del primer mandatario local como si fueran unos pequeños chihuahuas en busca de un par de "caricias" o solo acomodarse para recibir una "mano".

Ladridos y ladridos se oyen como serios y rabiosos alcahuetes que "engau" suman a la gestión y que incluso hay muchos ex Punchistas que hicieron caer con la misma técnica a la ex Intendente citada. Ladran y piden regasos, pero tiene un precio, o una afectación, o acomodo, algún "valecito", tal vez una "referencia" en caso de necesitar al momento de hablar con algún Ministro, pero no suman, no suman para nada, no son perros policías que atrapan a los verdaderos ladrones que ayudan a mantener el bien común de una comunidad, no son perros labradores que rescatan "vidas" en los momentos y los lugares que el mandatario por cuestiones lógicas de tiempo y distancia no puede llegar y los sabuesos sí lo hacen.

No son los perros que necesita un Intendente en una época de crisis, donde la Provincia está quebrada por la Emergencia Hídrica declarada por el mismo Gobierno Provincial, por un sin fin de desmanejos que ni los Fiscales y Jueces que investigan no saben por donde empezar, con una Energía Eléctrica como la más cara del país, con el gas más caro del mundo en la localidad, con negocios y comercios que han cerrado, con fuertenses sin laburo y los que tienen trabajo con pésimos sueldos, con problemas de aumentos salariales en todos los Sectores de la Provincia con tremendas movilizaciones, estos perros no son los que necesitan un Intendente.

Es muy fácil discernir esos perros, tienen muy buen olfato y apenas acercas la carne al asador ya aparecen, están con hambre siempre que hay algo para comer, no son como otros perros que los pateas y los haces cagar de hambre y siguen estando a tu lado, esos son más que útiles los que los descartas y los miras como ignorándolos, pero los falderos no, no te suman en el hogar familiar de la Sede, no suman, porque hay muchos perros con hambre, perros del vecino que van y comen las sobras que dejan los falderos y pueden llegar a ser más agradecidos cuidando la gestión (como se puso de moda decir).

Estos perros siempre están bien arregladitos, perfumados, limpios, elegantes y con cara de simpáticos, pero estos no andan en el barros ni en el agua los días de frío, no se descalzan los días donde las lluvias colapsan o desbordan los Ríos, no les pega la llovizna cuando queman las papas y usted no sabe para dónde disparar o como hacer para cubrir las demandas, no son perros callejeros que sienten las caricias de las manos frías de los niños que andan vendiendo Pasta Frola o Tortilla en las calles fuertenses para poder hacer unos pesos para sobrevivir.

Los falderos no saben lo que es un abrazo o el pelotazo de un niño, no corren a la par de ellos en la calle, en plena siesta de sol, en días de fríos o lluvia, pero observe usted los perros callejeros que hay, andan hambrientos, flacos, sin dueño, sin líder, ni saben a quién seguir (como muchos municipales), en cambio los falderos se sienten cómodos en tus faldas, porque ellos se creen "co-dirigidores" de tu gestión, pero el gestor es usted Intendente, para que quiere usted perros así si ni sirve para salir a "cazar", no le sirven ni para los días de "lluvia" y "barro" porque no se "ensucian" (usted si lo hace) ya que son perros de mostrador, de regazo, no ponen la cara en los momentos difíciles como si lo hace su esposa.

Sepa usted que son inútiles a su gestión, solo comen y cagan, comen y cagan, no sirven ni para cuidar la casa cuando vienen desconocidos a usurparla o arrebatarle lo que le pertenece (la intendendencia) porque al primer silvido se suben al regazo del desconocido. Pero ojo, si se acerca algún perro que puede entrar al redil enseguida nomás ladran como señores desde tu regazo. Estos perros no le suman, ni para su imagen ni para el voto, porque muchos de ellos no votan en Fuerte Esperanza, se anidan en su regazo pero a sus espalda lo apuñalan, lo critican, lo desprecian, lo tienen de menos, lo ningunean y el día de la elección viajan (no ponen sus vehículos para la campaña).

Seguramente usted (o algún adepto a su gestión) se puede llegar a molestar con ésta nota que inspira un llamado a la Reflexión con quienes lo rodean (que solo ayudan a perder una elección o deteriorar su imagen) ya que tiene la oportunidad histórica de volver a ganar éste año, pero esto no es un juego, usted gobierna un pueblo y en el pueblo hay personas y esas personas tienen hambre, tienen sueños y tienen derecho a ser prioridad en su agenda.

Recuerde que el ex Vicepresidente Daniel Scioli cuando se rodeó de perros falderos (como le está pasando al Gobernador del Chaco) perdió una elección que la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner le dejó servida en bandeja y a causa de no abrir los ojos a lo que los Medios de Comunicación serios advertían, hoy nos gobiernan los perros falderos que no saben (nada) lo que es meterse en el barro, andar en la lluvia, o dar un abrazo a un hermano de los Pueblos Originarios con 50° C bajo la sombra de un Quebracho.