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GENTE

7 de marzo de 2020

Analía Rach Quiroga: Mujer, madre y funcionaria

Imagen de Portada Gentileza: Juan Ignacio Olysinsky

Entramos a su oficina. Es grande pero no abruma, apenas unos detalles de artesanías de nuestro Chaco. En una de las paredes se puede ver el cuadro de Evita. Su secretaria nos invita a sentarnos en una mesa larga de madera y sillas antiguas. Es extraño estar en ese lugar, pensamos en las muchas personas que estuvieron ahí, que plasmaron sus historias, de pedidos, de luchas o sólo de esperas.

La vicegobernadora Analía Rach Quiroga llega con su equipo de mate. Tiene una remera de colores a rayas, muy informal. Su sonrisa no demuestra la agenda ajustada que tiene ese día. Comenzamos la charla para Revista Bohemia. 

Es impensado no comenzar preguntando sobre su camino, de qué manera logró estar ahí. Sin embargo, ella no hace referencia a sus propios logros, sino al colectivo: «Tiene que ver con el movimiento de mujeres, de las disidencias, de las identidades diversas que tomaron las calles para reclamar por los derechos que aún faltan». 

Eso nos interesa, queremos saber más sobre cómo, detrás de esa mujer joven, tenaz, de aspecto pequeño pero de convicciones grandes, se construye y logra una Vicegobernación. Queremos ir a sus raíces y nuevamente nos sorprende. 

Hija de madre soltera, nacida en Castelli, abogada, pero lleva el apellido de su padre sólo por amor a sus abuelos paternos. Son sólo datos. Sin embargo, fueron el motor de su lucha. 

Del morral a vicegobernadora

Analía se recibió de abogada en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), con el apoyo de su mamá y una beca a la que accedió durante el Gobierno de Néstor Kirchner. “Soy hija de una mamá soltera, docente, que con mucho esfuerzo pudo mandarme a estudiar una carrera en diciembre de 2001. Terminé 5º año en plena crisis económica y social, crisis total. Así, con un esfuerzo muy enorme de su parte comencé la Carrera de Derecho en la universidad pública”, detalla con entusiasmo. 

Dejar Castelli no le fue fácil. Pensó en renunciar a los estudios, sin embargo su alma de guerrera no se lo dejó. Una vez recibida, presentó su curriculum vitae en la Administración Tributaria Provincial (ATP), pero terminó trabajando con Jorge Milton Capitanich con tan solo 23 años. 

«Me ofrecieron un trabajo en la Gobernación pero yo quería en Rentas», recuerda inocentemente, «me volvieron a llamar y esta vez fue con el mismo Capitanich la entrevista», sonríe. «No lo podía creer. Hablaba en los términos que yo había aprendido en Derecho Político de la facultad, desde el primer día dando cátedra. Es realmente un formador, tuve la posibilidad de aprender un montón al lado de quien yo considero uno de los mejores cuadros políticos que tiene nuestra provincia y nuestro país.  Una capacidad de trabajo enorme». 

Su camino político junto a Capitanich 

“Primero pasé a ser secretaria de audiencia y agenda, luego secretaria privada. Después, en ese lugar, un día en que Capitanich regresaba de un viaje de Buenos Aires y me contó que nuestra presidenta Cristina Fernández lo había convocado para la Jefatura de Gabinete y me convocó a que lo acompañara. Ese fue otro momento muy fuerte. Una experiencia enorme estar trabajando al lado de Cristina, dar fe realmente del compromiso, del coraje para llevar adelante el gobierno a pesar de todos los ataques y los intentos de voltear el gobierno. Porque era eso sin lugar a dudas lo que pretendían. Todo lo que le hicieron a Cristina no se lo hicieron nunca a ningún hombre, no tengo dudas que se atrevieron a tanto porque es una mujer. Así es el machismo”, describe indignada.

Luego de quince meses en la gestión nacional junto a Capitanich, volvieron al Chaco. “Ya en la Secretaría Legal y Técnica fueron los últimos meses de gestión en el ejecutivo provincial donde estaba Cecilia Baroni como secretaria general, una gran amiga que extraño mucho”, describe emocionada a la luchadora y referente política del justicialismo recientemente fallecida.

“A los pocos meses de regreso ya se nos avecinaban las elecciones y ahí fue otra sorpresa: me ofrecieron encabezar la lista de diputados nacionales, nada más y nada menos. Una responsabilidad enorme. Y ahí yo de nuevo, sugiriendo nombres de otros y otras compañeras”. Se detiene en la charla para reflexionar que esa es una actitud reiterada entre las mujeres, conminadas a ceder espacios a lo largo de la historia. “Cuando una mira para atrás se da cuenta de esas cosas y entiende que ya es parte del pasado, que son posturas deconstruidas”. 

Luego llegaron “cuatro años en el Congreso que fueron de una formación increíble”. Previamente una campaña intensa en la que le tocó «encabezar esa lista de diputados nacionales, que tuve el enorme placer de compartirla con Lucila Masin. Ella estaba embarazada y la llevamos adelante. Desde la banca defendimos el proyecto durante esos cuatro años difíciles, hasta lo último y peleamos también por las conquistas que todavía nos faltaban”.

Mujer, madre y funcionaria

Analía fue madre hace casi dos años. Vera es una niña acostumbrada a las múltiples actividades de su mamá. Se la ve en varias, habituada al movimiento inquietante de la función pública, envolviendo la cintura de su mamá con sus piernitas, sostenida en un abrazo mientras las tareas no cesan. Ellas se acompañan. La beba se acomoda a un ritmo a veces vertiginoso y la madre busca el “equilibrio” entre ese profundo amor y la pasión laboral.

“Intentamos lograr el equilibrio todos los días realmente. Ella me acompaña en este trajín desde la panza, en el Congreso con las sesiones maratónicas. Es una es una niña todo terreno, es un gran compañera. Así que siempre trato de poder llevarla conmigo. Creo que también eso visibiliza de qué hablamos las mujeres cuando decimos que somos las principales cuidadoras. No hay igualdad si seguimos siendo las principales cuidadoras, no solamente de nuestros hijos, sino de nuestros padres y demás familiares. Así que lo que hacemos con mi compañero es equilibrarnos: entre el papá, yo y las abuelas hacemos una red, una tribu que acompaña muchísimo, que banca muchísimo y que se banca horas y deshoras”. 

Las tareas de cuidado, la titularización de la vivienda a nombre de las mujeres “que son en general, quienes se quedan los los hijos” son algunos de los temas en estudio para avanzar en la ruptura de lógicas hegemónicas patriarcales.

Plan Provincial para la Igualdad

A tono con el orden nacional, Chaco trabaja en un Plan Provincial para la Igualdad, que tiene una metodología de trabajo participativa, democrática, abierta, consultiva y es coordinado por la Unidad. “Convocamos a todos los movimientos, organizaciones en distintos encuentros para que pudieran hacernos llegar sus aportes para contarles que es lo que estamos pensando desde el Estado y que nos puedan hacer esa devolución que consideramos indispensable, fundamental. Porque venimos del camino de la militancia y estamos convencidos de que la mejor manera de construir y diseñar políticas públicas inclusivas es que se den con participación. Y así se está trabajando en el Plan, con una metodología hacia adentro del Gabinete y hacia afuera con las organizaciones, en unidad permanente. Fue maravilloso descubrir, en la visita de la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, cómo también desde Nación estaban en la misma línea de metodología de trabajo que nosotros”.

En la búsqueda por desplegar herramientas eficientes para este Plan, adelantó que entre la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros y el Ministerio de Salud Pública, hacen un trabajo conjunto: «Entendemos que el sistema de salud es el que tiene la territorialidad suficiente. Entendemos a las violencias también como un tema de salud pública. De hecho la mayoría de los caso ingresan por ahí”.

El alcance de las políticas públicas busca la “federalización”. “No pensarlas solo en términos del Gran Resistencia sino llegar al interior. Y para esto, la Red de la Secretaría Derechos Humanos está trabajando con el sistema de salud a través de la Subsecretaría a cargo de Carolina Centeno es la metodología a implementar”. Con capacitaciones en los distintos hospitales, centros de salud de toda la provincia y el trabajo de los “navegadores de salud” buscan replicar el equipo interdisciplinario con que cuenta el área metropolitana, en todo el territorio. 

La Ley Micaela, su otra “hija”

“El 10 de enero cumplió un año mi otra hija”, dice Analía en relación a uno de los avances fundamentales en cuanto a políticas públicas que se han conseguido en los últimos años y que es de su autoría cuando era diputada nacional. “Vera trajo un pan bajo el brazo y fue la ley Micaela”, la normativa que se aprobó en sesiones extraordinarias en el contexto de la denuncia de Thelma Fardín por abuso sexual, que puso las cuestiones de género en la agenda política. La ley que obliga a capacitarse en cuestiones de género a todos los trabajadores de los tres poderes del Estado, aún no está reglamentada pero ya se viene aplicando en las diferentes provincias y desde las universidades en todo el país.

Su sanción se logró cuando el ex presidente Mauricio Macri anunció el lanzamiento de un plan contra la violencia de género. “Fue una interpelación directa al Congreso. Si hay voluntad política, entonces tratemos las leyes que están esperando”, recuerda la vicegobernadora. Eran tiempos de resistencia, tiempos de quitas de derechos y este proyecto iba a perder estado parlamentario. “Ya la habíamos trabajado en las comisiones, juntando consensos de todos los bloques para que saliera con dictámenes unificados, un trabajo previo con un cuerpo de 257 integrantes”. Fue la visión política en el momento apropiado, con las herramientas correctas. 

Detrás de esta ley hay una familia y los padres de Micaela han entendido que el dolor puede convertirse en lucha: “Me sentí absolutamente comprometida. El papá de Micaela -Néstor ‘Yuyo’ García- es el que más milita y recorre el territorio y ahora forma parte del gabinete de Estela Díaz -ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires-. Néstor pudo transformar su dolor en un discurso de profundo amor. Siempre dice que él no puede culpar a alguien por algo que no sabía. El dice que si la capacitación hubiese existido, Wagner -que estaba en libertad condicional- estaría preso porque un día antes del secuestro, violación y femicidio de Micaela, otro papá lo había denunciado un intento de abuso y el policía no le tomó la denuncia. Con los papás de Micaela construimos además en una relación de afecto y de contacto permanente”, dice Analía.

La comunicación: un derecho del pueblo, una obligación del Estado

Si de perspectiva de género se habla, las voces de los medios de comunicación son un punto neurálgico. Funcionan como formadores de opinión pública y son responsables directos de la construcción de sentido en torno a los derechos humanos. “Creo que los medios son también una pata fundamental en este proceso que estamos transitando, por eso vamos a invitar a los medios a sumarse en las capacitaciones. El mensaje permanente de los medios es fundamental”, afirma.

Las cuestiones de género y derechos humanos obligan a revisar los discursos que se emiten desde los medios de comunicación, y el Estado tiene herramientas para observar que el derecho a una comunicación realmente social, libre, democrática y con mirada en la ampliación de derechos se garantice. 

“Tenemos una gran tarea pendiente obtener una ley de pautas donde poder regular estas cuestiones”, reconoce la vicegobernadora y asegura que, mientras esta ley se trate, la capacitación en materia de género y derechos humanos será un condicionamiento que se les pondrá a los medios  “Esto es urgente, son una pata fundamental para este cambio paradigma que queremos plantear en términos reales y concretos. Es la perspectiva de derechos humanos”.

Pero, ¿qué ocurre cuando algunos medios de comunicación se escudan en la supuesta libertad de expresión para enviar o sostener mensajes discriminatorios, homofóbicos, misóginos? Ella entiende que aquí hay que hacer un análisis jurídico: “En definitiva, como Estado estamos cumpliendo con lo que tenemos que hacer, lo que dice la Constitución, el bloque de constitucionalidad federal o sea la constitución nacional los tratados internacionales de derechos humanos que tienen jerarquía constitucional, las recomendaciones que hace la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, sus siglas en inglés), todos los organismos que vienen llamando la atención sistemáticamente a la Argentina por los incumplimientos que tiene en esta materia. Entonces, señores, señoras, estimades, estamos cumpliendo con un deber y una deuda del Estado argentino y desde ese lugar me paro, absolutamente convencida de que ese es el camino y ni un paso atrás”. 

Analía se define como una hija del Chaco profundo. Quiere llegar a esos lugares que el Estado ha olvidado, sobre todo en estos últimos años. “Soy una persona que cree y abraza la política como la mejor herramienta para la transformación de la realidad de los que menos tienen, de los sectores más vulnerables. Abrazo con profunda convicción la bandera de la justicia social y la igualdad de género y que creo que si hoy podemos estar en estos lugares es porque muchísimas mujeres vienen luchando desde hace muchísimo tiempo”.

Sabe por su propia lucha personal que las conquistas no fueron fáciles, “que hubo que arrancarlas de las entrañas del patriarcado”. Pero también entiende que este lugar que se ha conseguido constituye un cambio social irreversible: “Estamos en un camino que ya no tiene marcha atrás. Estoy profundamente feliz porque pienso todos los días cuando me levanto que mi hija puede vivir en una sociedad un poquito más justa” .

 

 

 

 

Fuente: https://proyectobohemia.com/2020/03/06/estamos-en-un-camino-que-ya-no-tiene-vuelta-atras/

 

 

 

 

 



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