ARIEL MERCADO
24 de noviembre de 2017
2 de abril. Por Ariel Mercado
Solo quedaron recuerdos, sí, debo admitir que estoy nervioso. Tomo mi café mañanero observo el herrumbre en los autos...
Levantándome 5:00 am, otra vez me duele la pierna, como de costumbre, me pongo mis antejos que parecen de vidrios blindados, hermoso día por la ventana, este día es especial.
Solo quedaron recuerdos, sí, debo admitir que estoy nervioso. Tomo mi café mañanero observo el herrumbre en los autos, los parásitos de 16 años con sus cigarros modernos, bueno, no me quejo porque también fume los armados, pero fumaba en mi cueva porque afuera de la humedad no nos duraba un carajo, 6:00 am todavía ni se percatan nosotros a las 5:00 am arriba trabajando en esa llovizna, frio, hambre, miedo, pero a laburan carajo, mi mal de Parkinson empeora me tiemblan las manos aun no tanto como en ese hueco del BIM 5.
Comienzo a ver estudiantes, ninguno con escarapela, ¿qué les pasa, donde está el orgullo, donde están nuestros patriotas, yo no morí ahí? bueno, parece que sí.
Siento olor a humo, todavía no puedo ver el sol porque estos edificios juegan a quien es más alto, tomo un taxi veo por la ventanilla un país olvidado de Patria, somos argentinos, en lo último que piensan es en la bandera, me bajo del taxi, hay una escuela, bandera izada, escucho el himno me tiemblan las piernas que me pasa, me quedé paralizado, espero mi parte favorita: ahí viene -“Oh juremos con gloria a morid ooh juremos con gloria a morid”.
Me cae una lagrima me seco con la gorra que me la saque porque no me importa que vean mi calva, los chicos me observan ¿será porque tiemblo mucho?, ¿Da miedo mi cicatriz? que cobro también mi ojo o porque nunca en sus vidas vieron un hombre pararse, sacarse la gorra en medio de una ciudad donde el reloj te controla, me da vergüenza ajena.
Comienza el acto todos haciendo lo que quieren la maestra dando su discurso: una película que dice lo que uno quiere escuchar; y chau, cada uno a su aula.
Salgo de ahí, voy caminando a casa, en la televisión el acto central, la apago, me siento en mi cama, tanto silencio me da miedo, escucho voces porque no me quedé ahí, porque no me quedé ahí en esos dos pedazos de tierra a cientos de kilómetros de mi familia, me sentía en casa, era mi hogar, extraño el frio, extraño el hambre, extraño las uñas sucias. No hay mayor emoción que la que se siente al izar esa bandera y verla en lo alto su sol brillando, sus colores felices porque ahí es donde debe estar, flameando.
Cuando entrabamos en combate y al agacharse en el momento de ser superados y mirar arriba y observar esa maravilla, cuanta belleza.
Te da esperanzas y fuerzas para levantarse una vez más. Esa serpiente bordada en mi hombro me daba coraje y más coraje me daba que sabíamos que era algo injusto, mi corazón late muy rápido, tengo que tomar mi pastilla.
Nudo en la garganta, lagrimas caen si pedir permiso, quiero ver a mis amigos, mis únicos amigos y familia porque no tengo a nadie más, bueno tampoco pienso en nadie más. Solo quedaron fotos borrosas y sus caras grabadas, leo el periódico, solo veo anuncios y chisme barato (me percato que eso importa más), faltando el respeto a nuestro presidente dirigiéndose a él como un cualquiera. Recuerdo esos días, unas letras de más y chau tu diario.
Las 00:00 de la noche y todos en sus casas, en familia, en fin, para que seguir quejándose, total a nadie le importa, me da impotencia saber que olvidan de algo importante. Este 2 de abril tenemos que recordarlo, tenemos que acordarnos por todo lo que pasamos allá, en esos pedacitos de tierra chiquitos pero no importa porque son nuestros y van a seguir siendo nuestros, los héroes están acá.
Y también están en el cielo sus vidas, no fueron en vano, no fueron desperdicios, no fuimos a morir, lo dimos todo.
-¡Icen bandera!, ¡Ahí vienen, defiendan los colores!, ¡aguanten soldados!, ¡estamos en tierras argentinas, celeste, blanco, celeste!
-¡Dios nos acompañe!, estamos acá por una razón, ustedes serán recordados por siempre, ¡serán eternos!
-¡¡¡Sargento!!!
-¡Espere soldado!
-Recuerden, están en casa, ellos son extraños, no son bienvenidos, ¡hagámosle saber que las MALVINAS SON ARGENTINAS, soldado!
-¡¡¡FUEGO CARAJO!!!
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Ariel Mercado - Prominente Escritor de Fuerte Esperanza.
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El docente y escritor Jorge Ledesma lo descubre en el año 2014, allí entre reuniones en la Biblioteca Pública "Juana Azurduy de Padilla" fundan un grupo literario, con el correr del tiempo, Ledesma, fue leyendo cada uno de los escritos que Mercado fue acercándole, hoy es uno de los escritores más jóvenes de la localidad fuertense que ya tiene supropia sección en diariosophie.com.