“Todo comenzó en la noche del domingo 28 de octubre de 1973. Dionisio Llanca, oriundo de Ingeniero Jacobacci, se encontraba viendo televisión  en la casa de su tío político, don Enrique Ruíz, y a las 0,30 apagó el televisor, se puso el saco y caminó por las calles de Bahía Blanca dirigiéndose a su camión Dodge que tenía estacionado a ocho cuadras con materiales de construcción que debía conducir hasta Río Gallegos.

Faltando 30 kilómetros para Médanos y a 19 kilómetros de Bahía Blanca, a un costado de la ruta 3 estacionó cerca de un monte y de una porción extensa de agua estancada para cambiar uno de los neumáticos.

Es así que de repente vio una luz amarillenta que vino hacia él. En determinado momento, alguien lo tomó por la parte de atrás de la camisa y al girar se encontró con tres seres que vestían mameluco gris muy ajustado al cuerpo, larga cabellera rubia que llegaba a los anchos hombros y donde uno de ellos le hizo una punción en la mano derecha, perdiendo totalmente el sentido.

Cuando despertó se encontró en Villa Bordeu. Quedó amnésico durante 48 horas y fue internado en el Hospital de Bahía Blanca. Allí se realizaron varios estudios y no se encontró una explicación satisfactoria para lo que le había acontecido”.

Cuando recuperó la memoria recordó nítidamente a los seres paranormales y el interior del platillo donde fue transportado.

Se tejieron muchas hipótesis sobre este caso y fue muy difundido en medios de prensa nacionales y extranjeros.

Lo cierto es que Llanca quedó sumamente trastornado por esa experiencia y regresó a su ciudad visitando otras localidades de la Región Sur y San Antonio Oeste, contándola en algunas iglesias evangélicas en las que se había congregado.

Pasó de esa forma por Valcheta y muy angustiado recordó la traumática experiencia vivida.

Misterios. ¿Encuentros cercanos del primer tipo? Todo puede ser posible.

Fuente: MasRioNegro.com
Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta

Foto: ilustrativa.