En Fuerte Esperanza y sus alrededores viven unas 6000 personas: “Son los pueblos olvidados”, aseguró Maurino que tiene 67 años y también es guardafauna desde hace 18 años. A modo de ejemplo, comentó que hace poco, tardaron dos días para trasladar en ambulancia a una una criatura enferma hasta Juan José Castelli, donde pudo recibir asistencia médica. "Estamos a sólo a 165 kilómetros pero 140 son caminos de tierra que están en muy mal estado", aseguró.

Por tal motivo afirmó que su próxima cruzada será volver a encadenarse hasta lograr contar con un helicóptero sanitario para asistir a sus pobladores, especialmente en los meses de intensas lluvia. “Este año llovió sin parar durante dos meses y fue imposible salir durante todo ese tiempo”, recordó el hombre que viaja al Chaco todos los meses pero es de Rosario donde vive con su familia. Está casado hace 45 años, tiene cinco hijos y seis nietos.

Maurino inició gestiones ante Telecom - Personal Argentina,  para pidiendo incansablemente que se mejore la señal de Telefonia Móvil en Fuerte Esperanza y la zona. Desde hace dos años y medio viene hablando con un responsable de la empresa en Rosario, pero por ahora recibió sólo promesas. Cansado de eso, decidió visibilizar su reclamo y se encadenó en la esquina de Presidente Roca y Córdoba a una de las columnas de alumbrado de la plaza Pringles. Fuerte Esperanza es una de las localidades más jóvenes de la Argentina. Fue fundada por un decreto de 1978 con el fin de propiciar el desarrollo de una vasta zona despoblada. Maurino resaltó que ésta cruzada la hace porque "hay tantos pueblos olvidados donde muchas veces muere gente por no tener comunicación, algo muy triste en estos tiempos".







Fuente: Extraído del diario "La Capital".