25 de julio de 2024

🔥🗞️ BOMBUCHA CON OLÉ | El héroe viral de los penales en Salta 🧤🥅

📞 A Federico Salto ("Bombucha") lo llamás por teléfono o le mandás un mensajito por Whatsapp, te arma el pedido y sale el delivery 🛵

Nacido y criado a 230 kilómetros de Salta capital, a 30 km del sur de Bolivia y a pasitos del Rio Bermejo, a 'Bombu' lo conocen todos en San Ramón de la Nueva Orán.

🗣️ "Trascendí porque fui parte de un equipo que juega por la gloria y le ganó a otro profesional, como Sportivo Pocitos de Salvador Mazza", comentó Bombucha.

 

Le dicen el Dibu de Orán, se luce "robustito", vende pizzas y empanadas, y quiere ser maestro.

🔵🟡 Es fanático de Boca y amó el arco por las atajadas del Pato Abbondanzieri: "Tengo 26 años. Mido 1,85 metros y debo estar en los 120 kilos. En las canchas me han dicho muchas cosas pero ya las tomo como algo normal. Después me terminan felicitando... Son cosas que me dan energías cuando me quieren sacar del partido".

 

Por Martin Macchiavello, 22-07-2024 | Tras hacerse viral, Bombucha Salto, habló con Olé después de darle la Copa Salta al Aviación con un penal atajado y otro convertido.

Su hazaña bajo los tres palos se hizo viral y rompió los mapas. Recorrió el mundo. En el estadio Padre Martearena, atajó un disparo decisivo en una definición por penales y convirtió el del triunfo, el que consagró al Club Social y Deportivo Aviación -el Rojinegro nacido en 1950 por empleados de Aerolíneas Argentinas y que lleva los colores de Newell's por el fanatismo del viejo presidente rosarino Espuche Laméndola, gerente de la compañía estatal- como campeón de la Copa Salta.

“Trascendí porque fui parte de un equipo que juega por la gloria y le ganó a otro como Sportivo Pocitos de Salvador Mazza, profesional, con jugadores que solo piensan en entrenar. Y también, creo, por mi contextura física...”, le reconoce a Olé desde el norte argentino. Y bromea: “Ahora, acá, me dicen el Dibu de Orán, je”.

La ciudad nació allá por 1794, gestión española. Dos movimientos sísmicos a fines del Siglo XIX borraron aquellas huellas. Hoy, con 105.000 habitantes, sigue siendo nexo entre el histórico monumento a Güemes y Tarija, así como la segunda urbe más populosa de la provincia, detrás de la capital y por delante de Tartagal. Orán es caña de azúcar, naranjas, pomelos, café, ganadería, algo de soja, la producción de porotos más grande del país, las Fiestas Patronales, Las Voces, y, ahora, Bombucha, el fanático de Boca que amó el arco por las atajadas del Pato Abbondanzieri.

-No sos Federico. Todos te conocen por tu apodo... Un globito para agua, de Carnaval...

-Me dicen así desde chico porque era robustito. Por mi forma redondeada, je.

 

-¿Te ha molestado el qué dirán?

-Tengo 26 años. Mido 1,85 metros y debo estar en los 120 kilos. En las canchas me han dicho muchas cosas pero ya las tomo como algo normal. Después me terminan felicitando... Son cosas que me dan energías cuando me quieren sacar del partido.

-Estás fuera del aspecto hegemónico del arquero moderno pero demostrás que podés ser figura.

-A veces cuesta. En la segunda jugada, principalmente. Tapás una pelota, al delantero le queda el rebote, y tenés que levantarte rápido para volver a intervenir. En el juego aéreo, si salgo y gano la primera de arriba, me acompaña la confianza. Sé que quedé en la historia del club y de la ciudad.

-¿Dónde arrancaste?

-Jugaba en el club Pizarro. Cada fin de año se hacen torneos infantiles y me vieron dirigentes de Juventud Antoniana. A los 14 años me llevaron y me sumé a la Quinta. De ahí salté a Tercera. Pero me rompí los ligamentos cruzados y perdí terreno. En ese entonces, los clubes que peleaban en los torneos de AFA, en general, no le daban el arco a los pibes. Hoy, por lo económico, la cosa cambió.

-¿Y tu bolsillo cambió?

-Cuando llegó la pandemia, me tuve que volver a Orán. Roberto, mi papá, había fallecido, y no quería dejar sola a mi mamá, Gladys. Ella es trabajadora pública desde hace 30 años en un hogar de ancianos. Vivo con ella. Entre los dos llevamos la casa adelante.

-¿Alcanza? En la Liga del Bermejo, el fútbol es amateur.

-En Salta capital, además de atajar, era productor de seguros. En mi ciudad, al regresar, me puse con mi tio a vender comida. A esta altura, ya tenemos clientes fijos y vivimos de eso. También, en las malas, me ayudaron mis amigos de fierro, Adolfo Torres y Mateo Costilla, que vive en Córdoba pero vino a verme en la final. Ellos me acercaron a Aviación. Son hinchas. Decían que me iba a hacer bien para distraerme. Acá se juega en potreros. La pelota parece tener un conejo adentro pero nuestro técnicos igual nos pide salir jugando desde el fondo. Me entusiasmé. Llevaba tres años sin atajar. Pero el bolsillo no cambió.

-¿No pensaste en cruzarte a Bolivia? A lo mejor... Un billete más...

-Acá, en la zona norte de la provincia, son contados los que pueden vivir del fútbol. Y eso que jugamos -y vamos a volver a hacer- el Torneo Regional Amateur. En el sur de Bolivia, el nivel competitivo es menor. Acá, los partidos se dan por Facebook, Youtube... La final fue televisada. Prefiero quedarme y hacerme ver. Le digo a mis compañeros que estamos en una gran vidriera.

-S.O.S. Hay que pedir socorro.

-El presidente Ignacio Maza, que es carnicero, suele poner plata de su bolsillo. Y arma rifas. Sólo nos entregan botines y, en mi caso, los guantes. Por la Copa Salta había un premio económico, no muy grande, pero no vimos ni un peso. Igual, no importa. Sólo pienso en jugar la Copa Norte, una especie de Finalísima contra el ganador de Copa Jujuy. Después ser tricampeón liguero y el Regional Amateur rumbo al Federal A. Después veremos...

-¿Cómo se piensa el futuro desde un fútbol pura pasión?

-Además de trabajar y jugar, también estudio por las mañanas. Hago profesorado para ser docente, de primer a séptimo grado. Soy soltero, no tengo hijos y quiero tener un título para el día de mañana. Con el tema de los seguros, recorría escuelas de muy bajos recursos y visitábamos a las maestras. Me emocionaba. Estoy en segundo año de la carrera.

 

-Hablando de carrera... Sos categoría 97. Si hoy querés cambiar de categoría, te van a pedir otros cuidados. En los festejos por el barrio se te veía campeón con una latita de cerveza...

-Je. Estábamos festejando nomás. El viernes fuimos campeones, el sábado llegamos a la ciudad, nos entrenamos y el domingo, a cancha llena, le ganamos 3-1 a Roby Manero por la liga local. Metimos como 600 personas. Jugamos los mismos. No tenemos plantel muy numeroso para hacer rotación. De hecho, un grupo se entrena de mañana, otro de tarde y otro de noche. A veces no podemos ni hacer práctica de fútbol. Ni pretemporada. Supe hacer doble, triple turno. Pero cuando trabajás y no tenés tiempo para nada, terminás consumiendo comida chatarra... Acá la vida sigue pero siempre tenés que estar bien. Yo me he bajado de partidos importantes porque prefiero ir al banco cuando creo que no estoy para sumar. Nunca intenté bajar de peso. Es la verdad. Por un tema de salud, lo sé, en algún momento voy a tener que adelgazar. Pero por mí, no para conformar a alguien...

 


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